El que sí quiere a Chivas, pero llega en Taxi mientras Guzmán maneja coche de 3M

Podría parecer injusta la manera en la que se criticó a Víctor Guzmán durante la liguilla tras el penal que falló en el partido de ida de los cuartos de final contra el Atlas, donde su error le costó al Guadalajara el perder ese primer compromiso y que más allá del resultado final de la serie está situación dejó varias conclusiones en Chivas.

Lo primero es la importancia de tener gente mucho más comprometida desde la cantera pues aunque nadie puede negar que Víctor Guzmán es un profesional en toda la extensión de la palabra, sus declaraciones del pasado confesando su afición por el Atlas es algo que en una situación como la del penal fallado no lo deja nada bien parado.

En ese sentido Veljko Paunović debería voltear a ver la cantera más de vez en cuando y en la banca se ha olvidado pero completo del canterano Yael Padilla, quien fue la sedación del equipo hace algunas semanas cuando debutó con el primer equipo en un partido amistoso y que fue uno de los mejores jugadores del Rebaño Sub 20 que terminó su temporada como líder general y por lo que se ganó un lugar en Chivas donde fue la sensación hace algunas semanas por los videos filtrados en donde hacía ver mal a Chiquete y Olivas con su habilidad.

Algo que Víctor Guzmán podría haber olvidado es la intensidad con la que se juegan los clásicos contra Atlas desde la cantera por lo que darle una oportunidad a alguien que lo sigue viviendo en carne propia y siente la camiseta rojiblanca como Yael Padilla no sería nada descabellado y ojalá pronto tenga su oportunidad para ganarse un lugar fijo en Chivas y que ese esfuerzo se vea reflejado también en más y mejores cosas para su vida personal pues al ser un jugador de cantera de le puede ver llegar en ocasiones a Verde Valle en taxis de plataforma como Uber y Didi.

Es una diferencia bastante notable cuando en un mismo equipo un futbolista como Víctor Guzmán maneja un lujoso Audi R8 de más de 3 millones de pesos de acuerdo con Autocosmos, mientras algunos incluso llegan en taxis, pero más allá de eso tanto el jugador de fuerzas básicas como el de primer equipo debe ser consiente de la camiseta que defienden y no permitir que un resultado como el de Atlas se repita.